Ses Casetes dels Capellans sale a la calle contra el deslinde de Costas Más de 300 personas acuden a la protesta convocada por UM que no contó con el apoyo del resto de grupos

No los moverán. Llegarán hasta donde haga falta, al "Supremo o a Estrasburgo". Más de 300 de personas, según la Policía Local, se manifestaron ayer contra el deslinde previsto por Costas en Ses Casetes dels Capellans de la Playa de Muro. Un controvertido proyecto que prevé ampliar la zona de dominio público marítimo-terrestre hasta la carretera y que deja en la incertidumbre el futuro de las 150 casas y establecimientos ubicados en este particular enclave que "forma parte de la nostalgia" y el "patrimonio" de los murers.

La concentración, impulsada desde las filas de UM, no contó con el respaldo del resto de grupos municipales. El presidente de la Asociación de Vecinos de Ses Casetes dels Capellans, Joan Moragues, lamentó, en este sentido, la falta de cohesión, al tiempo que animó a todos los afectados y a las fuerzas políticas a "luchar conjuntamente" contra lo que en opinión de muchos residentes es "un expolio" o "una expropiación encubierta".
Particulares e instituciones están preparando alegaciones con la esperanza de que el Gobierno la excluya de la zona de afectación. El plazo para ello termina el próximo 9 de noviembre.
Según explicó el regidor de UM de Muro, Rafel Gelabert, el pleno del Consell de Mallorca del 5 de noviembre tiene previsto, a petición del PSOE, aprobar una moción instando a Costas a que recapacite. En ella, prosiguió Gelabert, se pondrán de manifiesto las particularidades y los valores patrimoniales de Ses Casetes dels Capellans, entre otros aspectos, a fin de contrarrestar las tesis del Gobierno, cuyos técnicos han incluido la zona en base a criterios medioambientales y al riesgo de inundaciones, detalló.
Costas engloba en el deslinde Ses Casetes dels Capellans pero deja fuera el hotel anexo a las mismas, una decisión que indigna a los vecinos, quienes no comprenden la necesidad de ampliar la franja de dominio público y se preguntan qué hay tras ello. Ayer, una semana después de que muchos se hicieran eco de la situación, mostraron públicamente su malestar. Desconocen lo que sucederá realmente con estas históricas casas, que comenzaron a construirse en 1929, e inicialmente fueron habitadas por los frailes, después de que una familia cediera los terrenos al municipio. Esperan ahora el cambio de parecer de Costas, que ha prorrogado la concesión para su uso hasta los 60 años. Pero esta medida tampoco les convence.